La humildad es una cualidad que implica el desapego a lo material y la ayuda al prójimo. Por esa razón, es una de las cualidades más valiosas que puede tener una persona, y una virtud muy importante a la hora de vivir en sociedad, la cual consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades, para así obrar de acuerdo con este conocimiento.
Una persona humilde es capaz de demostrar modestia y deja de lado el yo para preocuparse por los demás. Una persona humilde no es egoísta ni egocéntrica, no se centra en su propia persona y sus logros ni busca destacarse ante los demás. De esta manera su accionar es objetivo y no se deja llevar por lo subjetivo.
En la actualidad la humildad es difícil de encontrar, cuando vivimos en una sociedad que rebasa de egoísmo, donde las personas viven preocupadas por lo material, por el éxito, por el dinero y por el poder.
Muchas religiones consideran a la humildad como una de las virtudes más importantes que debe seguir el ser humano. En el cristianismo, Jesús es modelo de humildad y de hecho es considerado el rey de los humildes, por eso, quienes siguen su doctrina también deben ser fieles a esta concepción.
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