El don de la esencia
Buscar la identidad personal en un mundo que busca encasillarnos y estandarizarnos en un sistema cómodo para todos es difícil, ser diferentes, chocar y no saber aceptar nuestras diferencias complica la la existencia y el paso por esta vida sin saber si será la única.
Desde que nacemos nos imponen formas de ser, lucir, actuar, dependiendo de nuestro contexto de vida a la hora de nacer y crecer, si tenemos uno u otro sexo, si nacimos en una clase pobre o una adinerada, si nacimos en un país del primer o tercer mundo, el trabajo de nuestros padres, si es que los tenemos, y por todos esos factores el mundo y la sociedad empieza a esperar algo de nosotros, como que por todo eso debemos ser alguien porque eso sería lo más fácil de entender, suponer y de ahí empezar es más fácil que buscar entender y conocer al otro, cuando hablamos como sociedad; Cuando hablamos de búsqueda personal es un poco más diferente. Durante la adolescencia es muy importante dedicar tiempo a la soledad y búsqueda de la esencia, explorar sin lastimar o lastimarse hasta encontrar su lugar, para que al salir al mundo esta no sea corrompida o herida por otras personas.
En un mundo de seres iguales, los que descubran su esencia e identidad van a sobresalir, y si tal vez lo que buscas no es sobresalir en este mundo, tal vez de te la paz de a la hora de partir de este mundo puedas estar tranquilo que viviste por ti, por ser tu mismo, por satisfacer tus propias necesidades y no las ajenas.
Ser diferentes no está mal, juzgar a alguien por ser diferente es demostrar al mundo la inseguridad y envidia que te da ver que alguien más puede ser quien es o que descubrió, el querer oprimirlo es una muestra de falta de amor propio enorme, como dicen por ahí, ser y dejar ser.
Hay que sentirse muy orgulloso de si mismo por ser valiente y ser quien eres sin mascaras, cuando dejas de escuchar a los demás y te escuchas y disfrutas a ti mismo la vida es mucho más fácil.
La vida es corta y al final la con quien siempre tendremos que convivir será con nosotros mismos y ojalá esa persona no sea un total desconocido.
¿Dónde estás tú?
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