Probablemente, el gran objetivo de nuestra vida es
conocernos. Cuando te conoces a ti mismo, sabes cuáles son tus talentos,
descubres tu potencial, conoces tus sueños y sabes que puedes construirlos y
disfrutar de una vida plena, autosuficiente y feliz. Al mismo tiempo, conocerte
a ti mismo implica saber cuáles son tus áreas de mejora o aquellas partes de ti
que aún no has entrenado y están algo limitadas. La gran paradoja del
autoconocimiento es que no consiste en identificarse, es decir, en pensar que
eres un tipo de persona A, B o C. Este es un error tan frecuente que no nos
damos cuenta.
Pensamos que estamos de una forma u otra, pensamos que
necesitamos algo específico que puede no ser tan necesario. Condicionamos nuestras
vidas, en última instancia, a nuestros propios miedos, inseguridades y
necesidades creadas. Conocerse a sí mismo, en realidad, implica dejar de
identificarse y dar un paso más.
¿Te conoces?


Comentarios
Publicar un comentario